Las pesadillas infantiles y los terrores nocturnos
se engloban dentro de los trastornos del sueño; caracterizado por
acontecimientos o conductas anormales durante el sueño, a sus fases específicas
o a los momentos de transición sueño-vigilia.
Pesadillas
Son despertares frecuentes en los que se tiene
recuerdo detallado del sueño que ha sido muy vivido, relativamente extenso y
que produce miedo al niño; por lo que se despierta ansioso, chillando y
asegurando que tiene miedo.
Se producen durante el sueño REM, siendo más
frecuentes hacia el final de la noche.
Las pesadillas suelen estar más relacionadas con el
cansancio mental y con la ansiedad. A medida que disminuye la ansiedad diurna,
también disminuyen los episodios de las pesadillas tanto en intensidad como en
frecuencia.
Para algunos autores las pesadillas constituyen una
expresión del proceso evolutivo de maduración del sistema psíquico y la puesta
en marcha de los mecanismos defensivos.
Como actuar:
·
Utilizar
una voz suave y tratar de no mostrarse excesivamente preocupado o ansioso por
lo que ha sucedido.
·
Tranquilizar
al niño diciéndole que está en la habitación, con sus cosas, cerca de sus
padres.
·
Acompañar
al niño durante algún tiempo mientras trata de conciliar el sueño.
·
Los
niños deben sentirse protegidos.
Terrores nocturnos
Se caracterizan por episodios repetidos de despertar
brusco, que normalmente se inicia con un grito de pánico.
La expresión del niño es de pánico, ansiedad,
sudoración, taquicardia. El niño no responde a los intentos tranquilizadores de
los padres no los reconoce y es incapaz de contactar con la realidad.
Se dan durante el periodo de sueño profundo, durante
la primera parte de la noche. Suelen durar entre 2 y 10 minutos y normalmente
no se recuerda porque el niño está profundamente dormido, aunque a veces se
puede evocar imágenes fragmentarias del sueño.
La frecuencia varía entre los individuos; a veces
suceden durante un periodo determinado (una semana…) con la edad tienden a
desaparecer.
Los antecedentes familiares son uno de los factores
que predisponen a tales episodios juntamente con el cansancio físico, las
preocupaciones y algún tipo de medicación.
Como actuar:
·
Quedarse
con el niño para vigilar que no caiga de la cama o sufra cualquier daño. Recordamos que esta dormido.
·
No
hablarle ni intentar despertarle, hay que esperar a que el episodio siga su
curso.
·
Evitar
que llegue excesivamente cansado a la noche, una siesta suele ser útil.
Escuela Infantil Comarca Los Monegros. Noelia Lacoma
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